La evaluación encontró que el piloto fue una experiencia de aprendizaje. En su ejecución, se demostró eficiencias en la agilidad y su capacidad de adaptación. Sin embargo, se evidenciaron algunas ineficiencias en la ejecución, que significaron costos y se visibilizaron en los reprocesos, esfuerzos no planeados y retrasos. El piloto fue eficaz en la medida que mitigó oportunamente la crítica situación de los hogares en emergencia con una cobertura sobresaliente, aportó evidencia en terreno sobre los cuellos de botella en la información de los hogares en el SISBEN IV, visibilidad la carencia de información de algunas poblaciones, la desarticulación entre los componentes del SPS de Promoción Social y gestión del riesgo de desastres, y generó efectos de nivel superior al posibilitar proyectos posteriores que han permitido sisbenizar[1] migrantes de tal forma que habiliten su acceso al SPS, tanto de asistencia como de soluciones duraderas. El piloto adoptó enfoques diferenciales de género, para adultos mayores y migrantes y dio prioridad a las mujeres como receptoras de las TM. Además, la UNGRD priorizó a los adultos mayores en aislamiento y migrantes regulares e irregulares para la entrega de kits de alimentos. La evaluación brindo cinco lecciones aprendidas y cuatro recomendaciones.
[1] Se refiere a aplicarles la encuesta e integrarlos en la base de datos del SISBEN.
